Museo Arqueológico Nacional

Madrid es una ciudad que rebosa Cultura, y en gran medida gracias a sus museos.

No hay más que visitar la Web del Ayuntamiento de Madrid para entender el caldo de cultivo cultural que se estila y destila en nuestra ciudad.

La Dama de Elche - Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid
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Todos conocemos el Museo Nacional del Prado, el Thyssen Bornemisza, El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Naval y muchos otros. Pero, dados mis gustos, existen tres que son mi debilidad: el Museo Arqueológico Nacional, el Museo Nacional de Antropología y el Museo Nacional de Ciencias Naturales.

Bifaz

Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid

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Hoy daré un par de pinceladas sobre el Arqueológico, (ver plano de exposiciones permanentes) cuyos pasillos habré recorrido en innumerables ocasiones y me lo conocía de cabo a rabo desde la reproducción de la Cueva de Altamira hasta el último objeto expuesto en sus galerías.

Recientemente remodelado (y modernizado), he tenido el gusto de visitarlo de nuevo, para mi dicha, porque es poner un pie dentro de él y sentir cómo me invade nuestra Historia con cada paso que doy.

Gladiadores en mosaico romano
Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid
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Yelmo de legionario romano
Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid
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Entrar en él es ver cómo poblamos la Península Ibérica, cómo fuimos adquiriendo nuestra identidad, cómo peleamos y guerreamos contra todos los pueblos que han puesto su pie en nuestra geografía y cómo cada uno de ellos han influido dejando su impronta en nuestro acerbo cultural. Cómo unos llegaron para incluirnos en la Historia y en la Mitología (griegos); otros para mejorarnos (romanos y cartagineses); otros para comerciar (fenicios); otros para sobrevivir (godos, suevos, alanos...); otros para borrarnos del mapa (musulmanes); otros para someternos (franceses); otros para, con la excusa de ayudarnos: engañarnos y quedarse infringiendo cualquier Ley Internacional (Ingleses)...

Corona visigoda de Recesvinto
Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid
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Y ver también cuánto de íberos queda por nuestras venas, cuánto de celtas... Para sumándolos a todos, reconocernos como españoles.

Es también ver cómo una vez establecidos, y fundamentalmente tras superar nuestra Cruzada, la que se libró en España para resistir al Islam: la Reconquista, sobrevivirlo, combatirlo, aislarlo y finalmente vencerlo, abriendo las puertas a la Edad Moderna con los Reyes Católicos, sin perder el tiempo, lamidas las heridas sufridas dentro de nuestras fronteras, sin solución de continuidad: mirar fuera de ellas y expandirnos a lo largo y ancho del mundo entero, dejando, (como adelantara en el anterior artículo: El peso de la Monarquía Española) nuestra impronta en todo el planeta pues...

Medio mundo fue España y el otro medio la temió.

Armamento de los gloriosos Tercios Españoles - Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid - selfie el troblogdita

De paso he aprovechado para "hacerme un selfie" frente a la vitrina de la ferretería que portaban nuestros Tercios, la mejor Infantería de la Historia (precedente de la primera Infantería de Marina de todos los tiempos: la española) nacida para dotar de infantes a los galeones españoles en la mar y para que éstos mismos defendieran cada palmo de terreno allá donde anclaran nuestros navíos, plantaran nuestra enseña y reclamaran un pedazo de tierra para España*.

Escudo de los Reyes Católicos
Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid
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He disfrutado viendo cómo ha quedado tras años de obras de remodelación, modernizado y mejorado, en continente y contenido. Tan sólo un "pero", y voy a pecar de quisquilloso, la desaparición de un diorama que habré devorado en multitud de ocasiones, aquel en el que se nos mostraba la caza del Mamut, con las antorchas humeando algodón, la pintura roja en los lomos de algunas piezas cobradas y nuestros ancestros escala 1:72 correteando de un lado para otro. Cosa que comprendo porque resultaba anticuado, cierto, pero que quedará en el recuerdo de mi retina por las innumerables veces que me habré quedado parado delante de él imaginando, fantaseando, disfrutando.

Reproducción de la Cueva de Altamira
Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid
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He vuelto a sufrir, y digo bien, "sufrir" visitando la reproducción de la Cueva de Altamira. Y lo digo porque esta es una de mis asignaturas pendientes, visitar el original. Empaparme de su atmósfera, su ambiente, su historia y su prehistoria sintiéndome invadido por el misticismo, el arte (voluntario o involuntario) de nuestros ancestros. He visitado (disfrutado sobremanera Atapuerca; solo me queda Altamira). Y si digo que lo he sufrido es unicamente porque puedo hacerme cierta idea de cómo será la original, pero el bullicio, la gente y la tecnología (encomiable porque nos la explica con mucho gusto) me imposibilitan sentirme plenamente identificado con la realidad y no me permite concevirla en su totalidad: falta el olor que ha de impregnarlo todo, la oscuridad, el tacto de la roca... Y aún así sigo recomendándolo.

He paseado por la historia del Dinero y cómo se ha manifestado en las diferentes civilizaciones, desde que superáramos el trueque hasta las tarjetas de crédito, aunque he echado en falta el pago vía Smartphones, presente y futuro del dinero (o de su ausencia física).

Paseo por la evolución del Dinero
Museo Arqueológico Nacional - MAN - Madrid
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Y también he recordado esos billetes de 100 pesetas que tantas veces he llevado en mi cartera... :)

Hablaba antes de mis museos favoritos. No me resisto a preguntarme ¿Por qué descuartizamos el Museo del Ejército? Otrora otra de mis etapas culturales de forzada visita anual. Entrados en materia militar, (habiendo citado el Museo Naval y el extinguido del Ejército, permitirme terminar este artículo invitándoos a pasearos por Cuatro Vientos visitando el Museo del Ejército del Aire, con rarezas y piezas que congregan visitantes del mundo entero para venir a visitarlo.

Madrid - Museos... Museos - Madrid... Creo acertar si pienso que lo uno va íntimamente ligado a lo otro.

* Al hablar de los Tercios no puedo evitar recomendaros leer los dos artículos que he dedicado a Alatriste: los libros y la película.