¡Gracias Gemelolandia!
Hay sorpresas y sorpresas.
Y os aseguro que recibir un paquetito de Gemelolandia, inesperado, que al abrirlo viene con un kit de productos de Gemelolandia con la bandera de Borgoña... se me antoja emocionante, como poco.
Ya he confesado alguna vez mi pasión por los Tercios y por esta bandera de España
Gemelos de la Cruz de Borgoña en Gemelolandia
No hay más que leer mis entradas dedicadas a la obra de Arturo Pérez-Reverte, Alatriste (El capitán Alatriste en el troblogdita y Alatriste en el fancine). No hemos de olvidarlo, esta fue también nuestra bandera, antes de la actual. Una bandera que, dicho sea de paso, y para alegría mía, une a todos los españoles. Por eso me gusta, si cabe más.
Llavero de la Cruz de Borgoña en Gemelolandia
Históricamente representa el período histórico que más glorias trajo a España.
En la actualidad, es una bandera que enorgullece a todos por igual. Me apena ver que la bandera roja y gualda se haya convertido en patrimonio de la discordia entre quienes la respetamos y quienes la desdeñan por atribuirle falsos clichés históricos.
He visto con el paso del tiempo que la Cruz de Borgoña no tiene colores políticos. Tengo amigos de todas las ideologías políticas. Van de la derecha a la izquierda y los unos defienden la roja y gualda y algunos de los otros preferirían la tricolor. Sin embargo, sean de un espectro político u otro, cuando surge el tema de los Tercios o cuando aparece esta bandera todos (y no hablo de unos pocos, hablo de todos mis conocidos) se les dilatan las pupilas y se sienten parte de un todo.
¿Qué tiene esta bandera que nadie la desdeña?
¿Qué tiene esta bandera que a todos nos agita el corazón?
¿Qué tiene esta bandera que nos une?
Tiene Historia.
Una gran Historia.
Tiene la Historia del mayor Imperio que haya conocido el mundo, y tiene, sobre todo, la historia de las personas que lo hicieron posible. En muchos casos (de total actualidad) a pesar de sus dirigentes (los actuales siguen siendo un cero a la izquierda). Los españolitos de a pie que nos ganamos la admiración y la envidia del resto de naciones a nuestra sombra. La historia de los españolitos que se curtieron enarbolándola. La historia de quienes la defendieron y de quienes pusieron una pica en Flandes. La historia romántica de quienes no daban un paso atrás. La historia en la que no había derechas ni izquierdas, solo españoles orgullosos de serlo. Vascos, catalanes, portugueses, castellanos, andaluces, canarios, gallegos, asturianos, murcianos, aragoneses... todos. Sin excepción.
Gemelos de la Cruz de Borgoña de Gemelolandia
Españolitos que juraban y perjuraban de todo y de todos, incluso de España, que muchas veces los maltrató pero en torno a la que cerraban filas y erizaban picas.
Y no lo digo poniéndome la mano en el pecho y mirando al cielo. No lo proclamo a los cuatro vientos, no lo digo con soflama. Lo digo con cariño y con nostalgia de lo bueno y lo malo que tuvo una época en la que podías ser uno, pero formabas parte del todo.
Hubo tensiones y distensiones. Portugal volvió para volverse a marchar. Cataluña envidó y después tiró las cartas. Una bandera que sigue ondeando en Puerto Rico, bandera que fue origen de otras banderas en todos los Estados Unidos. Una bandera que callaba la mar con tamborrada.
La misma que sostuvo con orgullo Blas de Lezo en Cartagena de Indias. La misma bandera que pude sostener en Madrid, con el ilustre escultor Salvador Amaya, y con David, el artífice de Gemelolandia, a los pies de nuestro héroe, en la Plaza de Colón.
Llavero Vespa con Cruz de Borgoña
Y va Gemelolandia, y me hace llegar esto. Se lo agradezco de corazón, los gemelos, el llavero, el parche (que va de cabeza a mi mochila) y el llavero de la Vespa (que ya tiene las llaves de la moto puestas).
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