domingo, 29 de diciembre de 2013

El Capitán Alatriste

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El Capitán Alatriste

Arturo (y Carlota) Pérez-Reverte
Editorial Alfaguara


Cuando al “¡Cierra, España!” el tambor redoblaba
Cuando al ondear la Cruz de Borgoña, Europa temblaba
Cuando Toledo se conocía por el acero que templaba

Cuando el mundo por montera no era fanfarronada
Cuando la sangre hervía por una mala mirada
Cuando se limpiaba la honra a estoque y espada

Cuando nuestras letras abanderaban un Siglo de Oro
Cuando los artistas pintaban con gustoso decoro
Cuando con nobleza se agasajaba a la piel de toro

Cuando orgullosos marchaban sin tacha los Tercios
Cuando su gloria regalaban a dirigentes necios
Cuando de enemigos sembraban las costas de pecios

Cuando austeros ceñían sombrero de ala ancha y capa
Cuando vino bebían y de jamón y queso era la tapa
Cuando empuñaban espada por el Rey y por el Papa

Cuando victoriosos venían los Héroes de Flandes
Cuando arrogantes sus mandos de España eran Grandes
Cuando su fama alcanzaba Madrid, Manila y los Andes

X -


“Cuando” Arturo Pérez-Reverte mojó la punta de la pluma en tinta y se decidió a dar cuerpo y alma a Diego Alatriste regaló a la Literatura española uno de los personajes más alabados del siglo XX


Un Diego Alatriste que le sobrevivirá y con el tiempo su fama alargará, al ser germen de una saga que rescata lo más florido y hermoso de la novela histórica romántica. Un género poco cultivado en España, rica en Historia, prolífera en ficción, pero parca en figuras heroicas y personajes de renombre. Ojo, de ficción, porque reales e históricos los tenemos, pero escondidos...

Desde que el más grande acabara de un plumazo con los romances de caballerías dando paso a la novela, tal y como hoy en día la conocemos, no ha habido en España un autor capaz de esgrimir argumentos que ensalcen a un personaje a través de sus actos como lo ha hecho Pérez-Reverte al crear a Alatriste… Para nuestro deleite.

Arturo… Y Carlota, su hija


Desconozco en qué medida influyó en su padre para incitarle o ayudarle a escribir El capitán Alatriste, pero ya en la solapa del primer libro la menciona como coautora del mismo, mientras estudiaba 8º de EGB. Eso es educación, ¡voto a bríos!, cuantos genios se perderán hoy en día en el botellón.

Un Arturo capaz de escribir en sus ratos libres en las largas jornadas de reportero de guerra, volviendo incluso a rescatar la costumbre decimonónica de escribir novela por entregas en un periódico de tirada nacional, reuniendo todos los ingredientes para convertirse en un romántico de pura cepa, y quedan pocos: ¡doblo el voto a bríos!

Capa y espada... según Umberto Eco


El Capitán Alatriste conjuga todos los elementos necesarios para ser una de mis lecturas recomendadas. A mí me fue recomendada por mi amigo José María. La capa y la espada, tal como defendiera Umberto Eco en el Congreso Internacional: Narrare la Storia en la ciudad de Mantua, en noviembre de 2002, refiriéndose a Dumas: “El romance de capa y espada elige un pasado “real” y reconocible y lo puebla de personajes registrados en la enciclopedia, (…), a los que les hace cumplir un papel que no registra la enciclopedia, (…), pero que tampoco la contradice”. Mención obligada a Eco, (El nombre de la Rosa), que no creo desagrade a Pérez-Reverte por cuanto creo que lo estimará, y no menciono a Dumas, a quien seguro ha devorado en su infancia por el estilo que destila sin recurrir a El club Dumas…

Y si lo decía Umberto Eco, poco más tengo yo que aportar, salvo mi opinión, y tratándose de mi rincón, me extenderé un par de párrafos…

Se trata pues de literatura para entretener, y vaya si entretiene, vuelvo a recordar al amigo que me la recomendara, ¡redoblo el voto a bríos!, copa de vino en la siniestra, libro abierto en la diestra leyéndonos, (el plural delata a una audiencia concurrida), pasajes de la obra, párrafos enteros, insuflando el ardor patriótico de los protagonistas, y encendiéndome la necesidad de comerme a Alatriste por los pies.

Esto en cuanto al texto.

Porque el contexto no desmerece…

Al hablar de Kipling (El libro de la Selva) mencioné su vida dentro del Imperio Británico. Arturo Pérez-Reverte no vivió esa etapa pretérita, (seguimos descubriendo que aún no hemos tocado fondo), pero la describe como si hubiera peleado codo con codo con el capitán. Su manera de ambientar la Villa y Corte de la época, esos paseos por el Madrid de los Austrias y por el plano de Teixiera, ese costumbrismo desbocado que hace que entendamos a la perfección las escenas en La taberna del turco, ese orgullo altanero del español descarado: castellanos sobrios, (en sus dos primeras acepciones según la RAE, la tercera… A veces), espartanos, de mirada templada y mano ligera, de verbo escueto y certero: como su acero.

Poco más diré del contexto, para eso los versos improvisados que emanaban de mi persona mientras tamborileaba en el teclado buscando unas palabras para comenzar esta presentación.

Y con tanto Alatriste, tantos Tercios, tanta Villa y Corte y tanto pasado, me vais a permitir que lo diga para terminar, porque si no, reviento:

¡Santiago cierra, España!


También he comentado la película Alatriste en el fancine


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El capitán Alatriste
Arturo (y Carlota) Pérez-Reverte - Ed. Alfaguara
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lunes, 16 de diciembre de 2013

Shakespeare’s Head - London

Shakespeare’s Head
29 Great Marlborough Street
Londres, Inglaterra
Reino Unido
+44 087 19843376

Shakespeare's Head - London - El troblogdita - el gastrónomo - Restaurante en Londres - Restaurant in london - ÁlvaroGP - Álvaro García - SEO
Shakespeare's Head - London - Restaurante en Londres
El troblogdita - el gastrónomo

Acabo de volver de Londres y he de reconocer que tiene Pubs, unos cuantos, y de entre ellos, algunos con solera que se han convertido en sitios de obligada visita, al menos una vez, por el prurito de haber estado.

La cabeza de Shakespeare” es uno de estos sitios, situado en Marlborough Street, en Carnaby Street, una vieja gloria que a fuerza de renovarse ha perdido su identidad (transgresora y gamberra) pero sigue guardando el encanto de su arquitectura y cuando no, 

Shakespeare’s Head consta de dos plantas en las que conviven el “pub” y la taberna.

Según entras en el pub hay unas escaleras estrechas, a mano derecha, que llevan a la taberna en la primera planta, un sitio entrañable, cálido e iluminado de tal modo que la atmósfera oscura centra su foco de calor en una chimenea que, por lo general, se mantiene encendida.

La carta es más bien escasa, fiel reflejo de la gastronomía británica, pero dentro de esa escasez, encontramos los platos más característicos de las islas, y de entre todos, destaco el clásico “fish & chips”, que no es otra cosa que bacalao, (en algunos sitios ofrecen también merluza y otras variedades), rebozado, patatas fritas, “chips”, es decir, patatas gruesas, para entendernos, las de la foto, que las finitas serian las “french fries”, es decir, las del Burger King.

En Londres hacen el bacalao con algún tipo de aceite vegetal, los mas avezados se atreverán a ir a la costa, allí encontraremos las mismas comidas, (y cuando digo las mismas, me refiero a "las mismas"), pero cocinadas con sebo, sí, sebo, que no es recomendable para una dieta diaria, pero como excepción, y siempre “open minded”, resulta curioso por empalagoso, y sabroso hasta decir basta. Claro que es un modo ideal de evitar que se cuarteen los labios, te comes un “fish & chips” con sebo y tendrás una película de grasa protegiéndote los labios por todo el día.

En definitiva, os recomiendo este pub tradicional, os ayudará a meteros en el ambiente londinense, y si la comida no os convence, que creerme, es bastante buena teniendo en cuenta que se trata de Inglaterra, siempre quedaría el piso de abajo y su interminable cerveza.

jueves, 12 de diciembre de 2013

Baden Powell, Mafeking, El libro de la Selva y el movimiento Scout

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Familia, Disciplina (ambas con mayúscula), superación, responsabilidad y educación. Pilares de El libro de la Selva, de Rudyard Kipling, nacido en la India en 1865, tal cual explicaba en mi anterior artículo.

Aquí es donde se entronca su historia literaria con la de los Scouts, movimiento creado por Sir Robert Stepheson Smith Lord Baden Powell of Giwell (para los scouts: BP) en un momento de extrema necesidad.

Junio de 1899, (damos un salto en el tiempo y en el espacio para llegar a otro rincón del Imperio Británico: Sudáfrica), recién empezada las Guerras de los Bóer, nos encontramos en la batalla de Mafeking.

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Baden Powell lidera una tropa de setecientos hombres, cuatro cañones y unas pocas ametralladoras frente a ocho mil guerreros pertrechados que se disponían a arrasar el lugar de MafekingBP los retuvo hasta mayo de 1900, hostigándolos en incursiones esporádicas haciendo fuerte su teoría de “no hay mejor defensa que un buen ataque”.

Mil hombres. Había también mujeres, nativos neutrales y niños. Pero fueron llevados a sitios seguros en busca de protección lejos del asedio al que se iban a enfrentar. Sin embargo hubo un grupo de niños que se resistían a la evacuación y se ofrecieron voluntarios para cualquier misión que se les encomendara, y así B.P. decidió alistarlos, confiar en su sentido de la responsabilidad y entrenarlos como enlaces (fundamentalmente) entre posiciones. Y los bautizó: Scouts (exploradores), y fue así como sirvieron a la causa y sin saberlo formaron la primera tropa Scout de todos los tiempos. Y les dio un lema: “Siempre listos”.

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B.P. defendió a capa y espada esta decisión. Lo hizo alegando que cada cual es útil en la medida de sus posibilidades, y más en tiempos de guerra.

Terminada la guerra, al cabo de un tiempo el movimiento Scout fue tomando cuerpo y se formalizó su constitución en 1907. Primero en el Reino Unido, hoy en todo el mundo.

Cuál sería la carga didáctica de El libro de la Selva que el movimiento Scout lo seleccionó como libro de cabecera para instruir a los más pequeños en los valores fundamentales para el ser humano. Dentro de la distribución de los Scouts, separados por edades, los "lobatos" (8-11 años) se rigen por este libro, sus Scouters reciben nombres de sus personajes constituyendo una "Manada", distribuyéndose en seisenas y a las órdenes de Akela, el jefe de la manada.

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En cualquier caso es indiscutible el profundo valor de ésta obra, recomendable como lectura para cualquier edad y más aún a lectores noveles, para que aprendan a saborear un buen libro.

Coincidencias a parte, parece ser que BP y Kipling se conocían, algunos dicen que eran amigos y los más defienden que ambos pertenecían a la masoneríaEl anecdotario Scout es interminable. La "supuesta" y nunca demostrada relación con la masonería de BP, su expansión mundial, su protagonismo en las guerras, fundamentalmente la 2ª Guerra Mundial, su labor solidaria, su pedagogía, el saludo, la pañoleta, la flor de Lis, datos, datos y datos... Y son pocos, de un tema que bien merece una bibliografía entera.

Pese a quien pese, el movimiento Scout tiene un origen profundamente militar, o paramilitar, según se vea. De ahí su uniforme tradicional de color "caqui", (excepto en países, como España, que mediados los '90 adoptó una indumentaria impropia que hizo que perdiera buena parte de su identidad), su distribución en unidades (castores, manada de lobatos (seisenas), tropa Scout (patrullas), esculta, clan rover y scouters). Su promesa, pañoleta, vela de armas previa a la promesa, saludos y muchos datos más.


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Flor de Lis - Escudo Scout - Baden Powell - Mafeking - El libro de la Selva - 
Movimiento Scout - Scouts de España -
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Artículos relacionados con Baden Powell, el Grupo Scout Kimball 110, a El libro de la selva y los Scouts en el fancine y en el troblogdita:


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Mi pañoleta. Grupo Scout Kimball 110 - Madrid - El troblogdita ÁlvaroGP - Baden Powell - Mafeking - El libro de la Selva - Movimiento Scout - Scouts de España - Escultismo de Madrid - ASDE - Kimball 110 - ÁlvaroGP - Content Manager


miércoles, 11 de diciembre de 2013

El libro de la Selva

El libro de la Selva
Aventuras de Mowgli
Rudyard Kipling

Premio Nobel de Literatura
Editorial Gustavo Gili, S.A.


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El libro de la selva es el libro de cabecera de la manada del movimiento Scout.


Esto, sin más, serviría como presentación para esta lectura. Pero para hacerme entender, mejor será que explique quién era Kipling, el por qué del “Sir” y si tenéis paciencia dedicaré un nuevo artículo al origen de los scouts y su íntima relación con el libro.

Joseph Ruyard kipling es un autor británico nacido en la India en 1865, época (conviene recordar) en que el Imperio Británico era todavía un Imperio. Remarco este aspecto pues la llegada de la Commonwealth no tendría lugar hasta 1926, tras la 1ª Guerra Mundial y el carácter de Imperio marca mucho, nos marcó a los españoles cuando lo fuimos, y marcó a los británicos cuando nos tomaron el testigo. Esto explica que naciera en la India y fuera británico.

Fue un poeta notable y gran escritor, reconocido en su tiempo (cosa poco frecuente) y respetado en todo el Imperio. Merecedor de muchos premios y distinciones: se le ofreció la Orden del Mérito, ser Poeta Laureado e incluso se le quiso investir como Caballero de la Orden del Imperio Británico (incluido el título de "Sir"). Sin embargo declinó todos los títulos y reconocimientos salvo uno: el Premio Nobel de Literatura.

Vivió gran parte de su infancia en Inglaterra, años prósperos y útiles para su formación que sin embargo harían mella en su personalidad pues añoró su India natal desde que partiera hacia las islas.

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Pero ciñámonos al texto, es decir, a El libro de la Selva.

Enmarcado en El libro de las tierras vírgenes, Kipling se atreve a profundizar en lo más íntimo y profundo del sentimiento humano, arrancando al personaje principal (Nathoo) cuando no es más que un bebé y sumergiéndolo en una selva que lo cuidará, criará, enseñará, y hará madurar a base de golpes y sin sabores propios de un niño en un medio extraño en el que el ser humano es observado y temido por tratarse del menos “humano” de los seres.

Y digo “Nathoo”, que no Mowgli (la rana) pues ése era su nombre hasta que fuera acogido por los lobos de la manada y aceptado como un hermano más.

Mowgli (en lo sucesivo) será protegido y enseñado por los lobos, de entre los cuales cabría destacar a Akela, el jefe de la manada, sabio, sensible e inteligente, capaz de ver más lejos (en el tiempo) de lo que pueden ver sus semejantes.

Cazar, sobrevivir… Como una fiera, entre fieras. Y de muy diverso pelaje, pues hablo de lobos, pero éstos no serán los únicos personajes que aparezcan. Kipling hace casi un estudio pormenorizado de los diferentes grupos de animales que existen en la selva, mamíferos, reptiles… Y lo que es aún más difícil, los va clasificando en grupos diferentes conforme a los estereotipos de la época (que no distan demasiado de los actuales) y otorgándoles diferentes rasgos de personalidad en función del grupo al que pertenecen.


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De sobra conocemos a estas alturas a los animales que Kipling personifica en El libro de la selva, el oso Baloo, la serpiente Kaa, Bagheera la pantera, los monos Bandar-log, el tigre Shere Khan… Conocidos (en gran medida) gracias a la película de Disney.

Prosopopeya donde las haya, Kipling usa con destreza éste recurso, ofrece características humanas a los seres no humanos que cunden en proporción de 99 a 1 en su obra. Humaniza hasta el extremo a los personajes, exprime hasta el último rasgo de sus personalidades para ir identificando a diferentes sectores de población con cada una de las tribus, clanes y manadas que se van sucediendo en la obra literaria.

Lo cierto es que este libro es un auténtico manual de educación, de “maduración”. Mowgly tendrá los mejores maestros que podría alguien desear: Bagheera, Baloo, Akela, cada uno de ellos sabrá transmitirle una serie de valores que le acompañarán para el resto de sus días. Valores que contrapuestos a los que le enseñen otra serie de personajes con los que convive, Kaa, los monos, y el propio Shere Khan, aglutinan todas las ramas de la sabiduría popular, todos los valores y contravalores que en definitiva constituyen una sociedad, (irónico teniendo en cuenta que serán las fieras las que se los enseñen).


Mowgly entenderá el valor intrínseco de la familia.


Estadio nuclear de la sociedad. Enseñanza que le llegará por los lobos de la manada que le admiten como hijo y hermano.

El valor del respeto a los mayores, en la figura de Akela, Baloo y Bagheera. A los mayores, a los maestros y a aquellos que nos dan un coscorrón para enderezar un entuerto, y a menudo, le duele más al que lo da que al que lo recibe.

El valor de la amistad, básica, que yo elevaría casi al mismo peldaño que al de la Institución de la familia, quizás a un peldaño por debajo, pero solo uno. Lealtad, nobleza de acto y de pensamiento, sinceridad…

La disciplina, interna y externa, al conocer a los elefantes, una disciplina lógica y natural que hace que las cosas más triviales gocen de pleno sentido en un orden establecido por los mimbres de cualquier sociedad no anárquica. (Para ilustrar éste aspecto, Kipling contrapone a los elefantes con los gorilas rojos, perdón, los orangutanes rojos que viven bajo la dictadura de la Anarquía, el caos y el desorden).


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Artículos relacionados con el grupo Scout Kimball 110 en el troblogdita



Artículos relacionados con los Scouts y el grupo Scout Kimball 110 en el fancine


lunes, 9 de diciembre de 2013

7ª edición de La Liga de la Publicidad

La Liga de la Publicidad - Competición Universitaria - Capítulo Español de la IAA - Álvaro García - Director General IAA-Spain - Álvaro García - El troblogdita - IAA Spain - Arroba/ - Arroba Digital - Daniel Casal
La Liga de la Publicidad - Competición Universitaria - Capítulo Español de la IAA - Álvaro García - Director General IAA-Spain - Álvaro García - El troblogdita - IAA Spain - Arroba/ - Arroba Digital - Daniel Casal

El Capítulo Español de la IAA (International Advertising Association) lanza la 7ª edición de La Liga de la Publicidad, de la mano del Banco Santander.

Competición Universitaria para estudiantes de tercer y cuarto curso de los Grados de Publicidad, Comunicación, Diseño y Relaciones Públicas de las cuatro universidades madrileñas que presentan equipos: Complutense, Nebrija, Camilo José Cela y Francisco de Vitoria. Los equipos tendrán que competir para satisfacer el briefing presentado por el Banco Santander.

Este año, además, "La Liga" cuenta con dos colaboradores excepcionales: el Club de Creativos, y como medio oficial: la Revista Anuncios. Ambos colaboradores suman un paquete de ventajas para engrosar el premio que se entregará al equipo ganador.

El acto ha tenido lugar en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.

Los equipos pasarán por dos rondas. En la primera habrá un jurado compuesto por un representante de cada Universidad, el Presidente de la IAA-Spain, un representante del Club de Creativos, de la Revista Anuncios y del Banco Santander. En la ronda final seguirán los mismos miembros del Jurado excepto los representantes de las universidades.

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Artículos publicados en el troblogdita mientras estaba al frente de la IAA-Spain:




sábado, 2 de noviembre de 2013

Frankenstein

Frankenstein
O el moderno Prometeo
Mary Shelley

Frankenstein en Remando al viento - Gonzalo Suárez - El troblogdita - el fancine
Frankenstein en Remando al viento - Gonzalo Suárez
El troblogdita - el fancine
Robert Walton permanecía en contacto con la sociedad a través de las cartas escritas para su hermana. Unas veces podía enviarlas, otras las guardaba para mejor momento cuando pusiera pie en tierra firme y encontrara un servicio postal.

En cualquier caso, estas cartas le servían a modo de diario, algo que le hiciera sentirse vivo mientras su barco estaba estancado en el hielo polar, mientras pasaban los días en el calendario y no podía escribir ninguna novedad en el cuaderno de bitácora. Sin novedades y exasperado, hasta que irrumpe una persona en su vida, un tal Víctor, Víctor Frankenstein.

A partir del rescate de esta persona se estrechará un círculo de amistad de supervivencia. Robert intentando recuperar la salud de Víctor, maltrecho y a las puertas de la muerte. Víctor queriendo comunicar, si no confesar, la causa de encontrarse en tan inhóspito lugar: destruir a su creación.

Robert pasa horas enteras en la cabecera de la cama de Víctor atendiéndole y escuchando la historia que éste tiene que contarle, no dando crédito a lo que escucha, pero plasmándolo en sus cartas para su hermana, cartas que constituirán el verdadero marco narrativo de la novela: Frankenstein.

Pues esa es la historia que sus incrédulos oídos tendrán que escuchar, y que nosotros leeremos. La de cómo el ser humano intercambia su papel con Dios por un día, dotándose del poder de dar la vida a un cuerpo inerte. Ser creador y prescindir de argumentos morales y/o religiosos, saltarse cualquier lógica científica, aplicando la propia ciencia de Galvani, quien desarrollara la teoría del Galvanismo, deseoso de devolver la vida o el movimiento a cuerpos sin vida o paralizados, a través de la electricidad.

Si a estas teorías científicas, propias del XVIII y principios del XIX, le sumamos la imaginación portentosa de un autor… Siempre que se disponga del talento, claro está, nos encontraremos con la fantástica obra a la que hoy me refiero como parto natural de la imaginación de Mary Shelley.

Imaginación “galvanizada” por otro autor, no menos portentoso, romántico por antonomasia y hasta la muerte, Lord Byron. Y para mejor entender el texto, empezaré por el contexto:

Los Shelley, Percy (poeta) y Mary pasarán una temporada en la casa de Byron, en Villa Dorati, Suiza, en donde reside Byron, apartado de Inglaterra, en compañía de su médico personal, Polidori. En este “contexto” de portentos literarios se fraguará un reto del propio Byron: escribir una novela de miedo, mejor dicho, de terror.

Este reto, aderezado con unas cuantas pesadillas de Mary, daría como resultado la obra de Frankenstein, que con el tiempo llegó a publicarse y no ha dejado de leerse hasta nuestros días. Ha "sufrido" adaptaciones cinematográficas, y todavía dudo que ninguna haga justicia al texto, salvo Remando al viento, de Gonzalo Suárez, quien plasmará como nadie la vida de los Shelley y la aparición del monstruo en la vida de Mary.

Y es que al acabar el viaje ya se estaba gestando la obra en su subconsciente. Un monstruo que no sería tal, sino la abominación del hombre creyéndose Dios. Un hombre que transgrede las normas de la naturaleza, aparta la mirada recta de la moral y se ciega en su propia vanidad, sobrestimando sus posibilidades y borrando cualquier barrera que ciencia o moral pudiera constreñir su intelecto.

Así pues, retomando el texto, Víctor irá narrando, conforme sus fuerzas se lo permitan, toda su aventura. Desde que concibiera la idea, hasta acabar postrado a las puertas de una muerte incierta en un barco atrapado por el hielo.

Sus anhelos científicos, su ansia por dar vida, el reto que le supone y los sacrificios que hará por el camino, todo con tal de lograr su objetivo, crear un ser con vida propia con sus manos.

Y lo creará, enfermedades al margen, epidemias que lo rodean en la ciudad de Ingoldstadt, donde estudia a la par que experimenta a escondidas… Aquí nacerá el monstruo de Frankenstein. Pero no nos engañemos. Dicho monstruo no será la criatura a la que da vida, el verdadero monstruo es el propio Víctor, él sería el único merecedor de dicho epíteto, por su vacío moral, por su soberbia intelectual, por su falta de escrúpulos y su carencia de sentimientos al sacrificar a cuantos le rodean apartándolos de su entorno con tal de no distraer su labor. El otro, la criatura, el comúnmente conocido como tal, como monstruo, no será más que un aborto con aliento, un aborto que nace crecido y con fecha de caducidad, un aborto que se sostiene en pie y no entiende nada de lo que sucede a su alrededor.

Por lo tanto, sin querer disculpar a la criatura, sí me permito ponerme en su pellejo, hacer un acto de empatía, y lamento tan triste existencia al ser dotado de una vida para que después, tu propio creador, te la quiera arrebatar. Un ser sin nombre, sin alma, sin corazón, sin sentimientos, que pese a sus torpezas y crímenes, nos demostrará página a página, capítulo a capítulo, tener mucho más de estas cosas que su propio hacedor: Victor.

El crimen no tiene justificación alguna, es más, soy de la opinión de quien la hace la paga. Pero reflexionemos un momento sobre el caso del mal llamado “monstruo” Frankenstein:

Un ser creado por la voluntad, si no capricho de Víctor, quien se arrepiente, avergüenza y asusta al descubrir realmente lo que ha hecho. Un ser que ya crecido, desde el momento en que abre los ojos, ha de procesar todo lo que un ser humano procesa desde que nace, distinguir lo bueno de lo malo, lo justo de lo injusto, lo correcto y lo incorrecto. Un ser que no entiende el amor, como tampoco entiende el odio, es más, cada vez que empiecen a aflorar algunos sentimientos en su “persona” no sabrá ni distinguirlos. Pero lo que no entiende, desde su primer hálito es aquello que la humanidad le regalará desde su principio: rechazo. Un rechazo que no hará sino alimentar la incomprensión de la criatura y que guiará en buena medida su modo de interactuar con aquellos que se cruzan en su camino.

La referencia al “moderno Prometeo” hace alusión al robo del fuego de los dioses, que Prometeo, amigo de los humaos y titán, entrega a los humanos, resultando castigado… Orientación clásica que se permite Mary Shelley para anticiparnos el carácter dramático de su obra.

Y todo esto será lo que el incrédulo Robert Walton irá escuchando y transcribiendo en su correspondencia con su hermana, regalándonos (Mary Shelley) su maestría al dar cuerpo a su novela inmortal con un formato epistolar.