Felipe VI, Rey de España.
Rey con mayúsculas. Porque lo vale.
Ayer subí una foto que titulé El pueblo y su Rey, óleo sobre lienzo. La subí celebrando la 4ª Eurocopa de España, ganada a los ingleses.
Y la subí conmovido por el sentimiento que movió a Fabián, jugador de la Selección española de fútbol de hacer partícipe de la celebración a Su Majestad Felipe VI, Rey de España. Se acercó a él portando el trofeo y se lo entregó en una pose que podría reproducirse en un lienzo, con óleo, y disfrutarse en el Museo del Prado.
Hoy me sorprende el volumen de visitas al artículo, y estaba preparando un tuit... que se ha convertido en este segundo artículo sobre el tema.
Felipe VI, "auctoritas" y liderazgo
Auctoritas es autoridad moral.
Felipe VI, "auctoritas" y liderazgo - Campeones de la Eurocopa 2024 - Selección española - Autoritas frente autoridad |
Es cuando un líder se gana el respeto de todos por la vía del ejemplo. Del respeto... Todo lo contrario al líder que se siente menospreciado y despreciado e impone el respto por la fuerza y por la amenaza y el castigo.
Es el líder que admite toda crítica, constructiva y destructiva. El que va por detrás del pueblo y no le impone su parecer, ni exige obediencia ni censura a quienes no compartan su manera de entender.
Felipe VI es un líder nato
Eso es Felipe VI...
El líder que suma y no resta. El que multiplica en vez de dividir. Es el líder que sonríe y no se muerde el labio por impotencia. Felipe VI es la mirada limpia, cristalina, sincera... y no una mirada sucia, opaca y mentirosa. Es el líder que tiende la mano para estrecharla, en vez de para estresarla apretando la tuya. Un rey que aparece y silencia el himno nacional con aplausos, en vez de con silbidos. Aplaudido en vez de abucheado. Amado y no odiado. Un líder que une y no enfrenta.
Felipe VI es el rey prudente
Es prudente, no insolente. Es caliente de corazón y frío de acto y no frío de corazón y caliente en el acto. Le mueve la reflexión, no el calentón. Siempre en segundo plano, hasta que los protagonistas tiran de él y comparten con él su protagonismo. Conocedor del protocolo, de la educación, de las buenas maneras y del respeto nunca intenta acaparar la atención, ni el protagonismo ajeno. Conoce su sitio y en él es el mejor, sin intentar ostentar un rango y un trato que no le corresponde. Su saber estar y su saber hablar y actuar hacen de Felipe VI un Rey amado y admirado.
Un monarca de palabra, que no miente ni tergiversa sus palabras para reinterpretarlas. No cambia de parecer movido por la necesidad o el interés particular. Es un líder ejemplar que no presume de títulos ni de méritos que no haya cosechado con su esfuerzo.
Todo eso me ha venido a la cabeza viendo y volviendo a ver a Fabián coger la Eurocopa y llevársela a Su Majestad. Con espontaneidad, cariño y convicción de que el puñado de españoles que se han roto el alma y el pecho por España lo han hecho, allá en Alemania, imponiéndose a croatas, italianos, alemanes, franceses e ingleses por España.
Por España
Su España.
No la de Felipe VI.
La de Cucurella, Del Olmo, Rodri, Navas (que ya estaba ahí cuando llegaron los Borbones). De Carvajal, Le Normand, Nacho, Joselu, Nico y Unai... y la del resto de jugadores que, desde sus equipos, desde sus respectivas provincias y desde las competiciones en las que juegan se han sumado a una Selección Española, capitaneada por un no menos líder, Luis de la Fuente, para darnos una alegría inmensa al resto de compatriotas.
Digo "su España" porque esta selección, igual que la propia España, lo son de los españoles, y nuestro Rey ni se la apropia ni se adueña de ella, sino que se suma a todos y cada uno de los demás españoles, del Madrid y del Barça, de derechas y de izquierdas, andaluces y vascos, monárquicos y republicanos y se siente uno más, liderando con autoritas, en segundo plano, y siendo el mejor Embajador de España en el mundo entero. Porque lo es gracias a sus convicciones, su lealtad a la Democracia, al valor de su palabra y al cariño con el que es recibido allá a donde va.
La Eurocopa es lo de menos
Lo de más es la alegría de verlos juntos, peleando juntos, llorando juntos, cantando juntos, ganando juntos y celebrando juntos... como españoles.
Demostrando lo grande que podría ser España si en vez de imponernos el odio fraternal, la división de intereses, el enfrentamiento, la mentira, la coacción, el chantaje, el odio y el miedo nos mirásemos a los ojos y viésemos nuestra grandeza en la suma de todas y cada una de nuestras diferencias.
Eso hizo ayer la Selección española. Eso lleva haciéndolo unos años el entrenador, desde las categorías inferiores. Y eso es lo que hizo nuestro Rey, Felipe VI, abrazando y siendo abrazado. Aclamando y siendo aclamado, agradeciendo y siendo agradecido con un grupo de muchachos orgullosos de ser españoles y de marcar goles por España.
Hay cantera
Ayer vimos a las dos instituciones del momento: Selección y Casa Real. Lideradas ambas dos por líderes veteranos con carisma, queridos y seguidos por sus respectivas auctoritas.
Pero lo que más me gustó fue ver, una al lado de la otra a sus respectivas canteras demostrando que si España fue Orbital, y ahora se resiste a que sus mandatarios autoritarios la desmenucen y la trituren... Ambas dos, Selección y Casa Real tienen canteras y un futuro por delante que refrendarán y defenderán quienes quieran paz, alegría y una identidad común, arraigada en la Historia y en nuestra tradición para seguir teniendo sentido como Nación y como Selección en los años porvenir, siguiendo a alguien que prefiere ser dictado antes que dictador.
Y como decía en mi artículo anterior... El pueblo y su Rey...
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